La influencia de la tecnologia en la nueva sociedad
Para Bradley Ziegler, el mejor día del año es el 26 de diciembre. Y no porque el día anterior haya recibido una lluvia de regalos, sino porque se trata del día en que gran parte de su negocio comienza a tomar forma. Es que cada día después de navidad, Bradley corre a los negocios en oferta, como la juguetería "Toy's R Us" o al supermercado Wal-Mart, e inicia una maratónica compra de cosas a precios irresistibles. Una vez allí, elige juegos y películas a 3,99 dólares para luego subastarlos en eBay hasta diez veces más caros. Todo gracias a la cartera de clientes que supo crear desde Kentucky hasta Cyprus, tentándoles con precios irresistibles. Hasta aquí todo parece normal, si no fuese por el hecho de que todas las noches su mamá le hace apagar la computadora a las 21.30 debido a una regla impuesta por ella misma. Es que Bradley tiene 15 años, y por supuesto, aún vive con sus padres. Bradley forma parte de una nueva tendencia que está desarrollándose en los Estados Unidos y que une a adolescentes con el sueño del negocio propio. En Internet a nadie le importa la edad, y menos si es para realizar algún intercambio beneficioso entre dos partes. Hace un tiempo estos jóvenes estadounidenses comenzaron a mirar a su alrededor y se encontraron con un panorama ejemplificador: entre los íconos de la cultura pop y las celebridades de Hollywood había algo más. Gente como Bill Gates o Donald Trump que lograron formar un imperio gracias a sus habilidades emprendedoras y a su única e irrepetible visión. Y, de a poco, el adolescente norteamericano empezó a mirar con cariño a estos nuevos ídolos para dar rienda suelta a sus emprendimientos. Por eso, tener un negocio propio es algo muy in y más si el dueño tiene menos de 20 años. Pero el negocio que gira alrededor de los chicos no termina ahí. Autores de libros de autoayuda y algunos editores descubrieron una nueva brecha en el mercado que les permite crear nuevos libros y adaptar los viejos en pos de para ayudar a los emprendedores más chicos. Este es el caso del célebre autor Tony Robbins, especialista en obras dedicadas a mejorar el rendimiento personal para lograr mejores inversiones y mayor riqueza. Sólo que ahora, también lo hace para niños. Dentro de una gama bastante amplia, este año se han lanzado libros como "Una variada y tonta guía de inversiones para adolescentes: ocho pasos para hacer más plata que la que tus padres jamás soñaron"; o "Padre rico, padre pobre para jóvenes: los secretos del dinero que no te enseñan en la escuela". Así, de a poco, la cara del sueño americano ha cambiado: ahora es más joven, más rica y más hogareña. Con las noticias llenas de desconocidos que están haciendo millones de dólares gracias a ideas que salen de sus mentes y se materializan en las laptops que hay en sus cuartos (como los fundadores de YouTube o MySpace), cada vez más y más adolescentes tienen la esperanza de convertirse en los C.E.O's de sus propias compañías. Y todo esto sin dejar nunca su habitación.Otro ejemplo de adolescentes emprendedores lo podemos encontrar en Mark Zuckenberg, fundador del portal juvenil Facebook. Con tan sólo 22 años, a este muchacho le han ofrecido 1.000 millones de dólares por la venta de su sitio. Pero él, muy confiado en su proyecto, los rechazó pidiendo que el monto ascendiera a 2.000 millones. Y todo porque recientemente la venta de MySpace, de características muy similares, se selló en 580 millones. Facebook es una red social enfocada a estudiantes, con más de 13 millones de usuarios registrados en 2.200 universidades, 22.000 secundarias y 2.000 compañías alrededor del mundo. Pero Internet y los adolescentes no son el único ámbito propicio para desarrollar buenos negocios. Desde las páginas By kids for Kids (Por chicos y para chicos) y Amazing Kids (Chicos maravillosos) se encargan de buscar, celebrar e incentivar a los más pequeños para que desarrollen sus ideas y negocios empresariales. Uno de los tantos casos presentados es el de Spencer Whale, un jovencísimo empresario que cuando contaba con apenas 6 años, desarrolló un juguete muy útil para los niños que se encontraban ingresados en el hospital. El invento se llama KidKare Riding Car, y es un coche a pedales ideal para contener los distintos aparatos médicos y no asustar al chico en el intento. Gracias a este juguete, los chicos pueden divertirse mientras los examinan o les dan inyecciones. Hoy en día Spencer tiene 14 años y ha vendido la patente de su invento a una empresa que lo produce a gran escala.
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